Alexia
Beckerig tiene 18 años, es Argentina y hace siete meses dejo todo para irse a
Rio de Janeiro, Brasil. Es la mayor de
dos hermanos, padres Argentinos. Como una trotamundos abandono la ciudad de Santo Tome, Corrientes, para comenzar una vida en
un lugar totalmente diferente, pero tan familiar para ella.
Todo comenzó
con un sueño de niña de irse a vivir
otro país, uno mejor o uno que simplemente tenga todo lo que ella siempre
buscaba. Aunque su plan no es quedarse allí para siempre, si no juntar todo el
dinero posible e irse vivir en Estados
Unidos o Alemania.
Los
motivos pueden ser suficientes para dejar tu departamento, tu ambiente y
dejarlo todo para sanar algunas heridas. Fue así el caso de Alexia (18) que por
la ruptura de un amor comenzó una larga travesía durante meses para juntar
dinero y poder expandirse culturalmente y sanar algunas cuestiones del pasado. “Acá
es otro mundo” comentó con una tonada coloquial muy característica de Brasil,
que ella nunca sintió formar parte de
Argentina, que a pesar de vivir muchos años, nunca pudo lograr ser parte y que sus raíces siempre estuvieron
en el país carioca.
“Puedo tener la plata del mundo, las mejores
amistades, lo que sea, pero si no es el lugar donde me adapte o me guste el
lugar, es en vano” Comento contundente ante una pregunta esperada: ¿Cuál fue la
decisión que tomaste para irte? : “Tuve que abrir mano de todos lados”. Que al
momento dejar su vida atrás fue difícil pero
que la decisión fue sin mediar algún pensamiento
que lo deje en el olvido, directamente comento que no lo había pensado mucho,
que cuando falleció su perro de toda la vida reflexiono de lo que dejo atrás y
que algunas de las decisiones son determinantes sean para bien o para mal. “Son cosas que uno
tiene que dejar para cumplir sus sueños”
El hecho
de ir fue complicado para Alexia, de
pasar de tener una familia, compartir momentos con amigos a volver hacerlo fue
lo más difícil aunque dice no haber sido complicado adaptarse, porque siempre
se sintió ser parte de Brasil, como si ella hubiese nacido ahí. “Siempre tuve
miedo decir que era Argentina, pero rápido se daban cuenta” comenta desceñida y sin preocupación “Siempre
me trataron bien, como si estaba en casa”.